A fines de enero un intenso dolor abdominal le cambió la vida a Paola Fuentes. A sus 51 años sufrió una falla intestinal provocada por una obstrucción en una de sus arterias, obligando que gran parte de su intestino delgado fuera removido a través de una cirugía de urgencia en el Hospital Puerto Montt, estando incluso en un coma por 15 días, y angustiando a su esposo y dos hijos quienes veían su estado cada vez más deteriorado.
Luego de seis meses de hospitalización y, gracias a los cuidados recibidos por las y los funcionarios del HPM, pudo sobreponerse a la gravedad de su condición. Sin embargo, y producto de haber perdido parte de su intestino, Paola probablemente tendría que alimentarse por el resto de su vida a través de una fórmula especialmente preparada para ella, y que se administra directamente a su torrente sanguíneo por medio de un catéter, lo que se conoce como alimentación parenteral.
“A fines de enero de este año, me cambió la vida. Estaba en la oficina y comencé con un dolor muy fuerte al estómago, con vómitos, diarrea, no era capaz de mantenerme en pie. Llamé a mi marido y llegamos directo a la Urgencia, y comenzó una hospitalización que duró seis meses. Me operaron de una obstrucción total provocada por una isquemia mesentérica, y me cortaron gran parte del intestino” relata Paola, a dos semanas de haber sido dada de alta.
Programa único en la Región de Los Lagos
El traslado de Paola a su hogar se logró gracias a la aplicación de un Programa de Alimentación Parenteral Domiciliaria y que en el Hospital Puerto Montt tiene la particularidad de que todo el proceso, desde la producción de la fórmula nutricional, su correcta administración y la capacitación por la que deben pasar tanto el paciente como su familia, se realiza desde el domicilio del beneficiario, siendo el primero de este tipo a nivel nacional con recursos íntegros del sistema público de salud.
“Este programa nace a partir de la necesidad de dar prestaciones de nutrición a aquellos pacientes que tienen falla intestinal y por tanto no van a poder alimentarse por vía digestiva teniendo que recibir todos los nutrientes por vía venosa. En nuestro hospital, tenemos actualmente 3 pacientes que requieren de esta prestación, logrando que aumente su calidad de vida permitiéndoles volver a su hogar, mientras que desde el punto de vista hospitalario disminuye las complicaciones, los costos y las estadías”, detalló la Dra. Claudia Torres, jefe de la Unidad de Asistencia Nutricional HPM.
Dicho programa lo conforma un equipo multidisciplinario compuesto por médicos nutriólogos, un químico farmacéutico, una enfermera y una nutricionista, quienes evalúan las condiciones físicas y sociales de los posibles beneficiarios de este programa, que actualmente existe en otros hospitales públicos del país, pero que sólo en el Hospital Puerto Montt puede desarrollarse sin la necesidad de externalizar ningún tipo de servicio.
“En este momento el programa sólo está dirigido para pacientes con insuficiencia intestinal como causa de la necesidad de nutrición parenteral domiciliaria en adultos, pero esperamos que se pueda aumentar en futuro cercano a otras patologías y a la población infantil”, indicó la Dra. Torres, quien agregó que “hay que entender que estos pacientes perdieron su intestino, por lo tanto, si no existía esta posibilidad tendrían que estar hospitalizados de por vida o no tendrían esperanza de vida alguna”.
Rol de la familia y los cuidadores
Así lo comprendió Paola Fuentes, quien fue la primera paciente en acceder a este programa ambulatorio, como también su familia, quienes se han involucrado a firme con su tratamiento, garantizando así su éxito y quienes cumplen un rol fundamental ya que “el aprendizaje de esta técnica autoadministrada requiere que nuestro equipo la esté controlando en el domicilio como en el hospital”, agregó la Dra. Torres.
“El apoyo de mi familia ha sido fundamental, y ellos también fueron capacitados, antes de que me dieran el alta, en el tema de la higiene y cómo manejar el catéter. Hay que tener mucho cuidado porque el catéter va directo al corazón y una infección puede ser mortal. Tiene que ser a cierta temperatura, tiene que pasar el alimento a cierta velocidad porque no se puede pasar en menos tiempo del indicado”, precisó Paola.
Por su parte, Carola Gavilán, nutricionista supervisora de la Unidad de Asistencia Nutricional HPM, indicó que “este programa ha sido un tremendo desafío que no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestras autoridades quienes creyeron e incentivaron esta iniciativa para poder implementar, organizar a un equipo multidisciplinario y dar el soporte nutricional necesario e individualizado a cada uno de los pacientes que lo requieren en sus domicilios”.
“Creo que he caído en buenas manos. Hay de todo como en todas partes, pero del equipo humano del Hospital Puerto Montt, nada que decir, un siete. Agradecida completamente de ellos. Toda la vida fui Isapre y me daba mucho miedo el cambio a FONASA, todo el mundo me decía que los especialistas están acá en el Hospital. Fue la mejor decisión”, concluyó Paola Fuentes quien podrá disfrutar de las Fiestas Patrias en su hogar y junto a su familia.