En el mundo actual, en el que niños y niñas crecen con un sobre estímulo de ruidos y sonidos fuertes, ya sea por el uso de audífonos, la televisión o los videojuegos, es recurrente que se pueda sospechar de una pérdida auditiva entre los menores de edad, y el diagnóstico temprano de esta alteración es clave para que no afecte el desarrollo social y del aprendizaje en edad escolar.
La fonoaudióloga del Hospital Puerto Montt, Lily Zamorano, explicó que “la hipoacusia es una pérdida auditiva producida por una alteración en el oído (interno, medio o externo) o en el nervio auditivo que ocasiona una alteración parcial o total para poder percibir los sonidos ya sea del medioambiente o del lenguaje, y puede afectar a uno o a ambos oídos. Esto ciertamente causa algún tipo de discapacidad”.
De acuerdo a la profesional, la forma más efectiva es justamente ‘escuchar’ las señales que los niños pueden entregar a través de frases o actitudes, ya que “pueden mencionar que les cuesta entender las palabras, tanto en ambientes silenciosos como en ambientes ruidosos, también pueden presentar dolor de oído o que salga líquido del oído. En el contexto escolar también pueden presentar alteraciones o problemas en el aprendizaje y en el desarrollo cognitivo producto de la pérdida auditiva”.
Sin embargo, también hay que considerar que hay enfermedades asociadas a la pérdida auditiva, así como también un factor genético que incide en que recién nacidos desarrollen una sordera desde el vientre materno. En ambos casos hay tratamientos disponibles en el Hospital Puerto Montt, tras un diagnóstico a través de diversos exámenes solicitados por un otorrino, neurólogo infantil o médicos genetistas.
“Las patologías más frecuentes que se ven en el HPM, y que pueden provocar sordera infantil, son todas las otitis. También hay alteraciones producto de golpes cercanos a los oídos, las alteraciones congénitas cuando los niños nacen con pérdidas auditivas, y también por presencia por cuerpos extraños que los niños introducen en sus oídos, es lo más frecuente que se ve en el policlínico del Hospital”, aseguró la fonoaudióloga.
Los tratamientos para la sordera infantil dependen de la clase de pérdida de audición, entre los que se cuentan tratamientos de uso médico, quirúrgicos o tratamientos de adaptación auditiva, es decir, el uso de audífonos por vía aérea, por vía ósea o implantes cocleares. Esto evita que se vaya profundizando la sordera y no aumente en el tiempo. En el caso de las adaptaciones auditivas lo que hace es estimular la vía auditiva para que no empeore la patología.
Si los padres o cuidadores de niños o niñas sospechan de una pérdida auditiva, la principal recomendación es dirigirse al establecimiento de atención primaria más cercano y consultar con el médico a cargo, y desde ahí serán derivados al Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Puerto Montt, si es necesario.
Sin embargo, cuando ya existe un diagnóstico de sordera se recomienda la estimulación auditiva constante por parte de padres y cuidadores, “esto en todo contexto con niños con sordera, ya sea a nivel familiar, escolar o en el contexto social, siempre estimulando, mientras más información auditiva esté expuesto el niño, mejor, mientras más sonidos perciba, mejor. Y siempre seguir al pie de la letra los tratamientos indicados por los especialistas”, concluyó la fonoaudióloga Zamorano.