El rostro es nuestra principal carta de presentación, tanto hacia la sociedad como hacia nosotros mismos, por lo que cuando un dolor afecta la zona orofacial, la calidad de vida de las personas se reduce considerablemente al verse comprometidas estructuras como la mandíbula, músculos de la cara, labios, lengua y mejillas, entre otras, pudiendo dificultarse tareas tan básicas como alimentarse o hablar.
“Se estima que un 50% de la población padece trastornos temporomandibulares; es decir, afecciones que generan dolor y disfunción en la articulación de la mandíbula y/o en los músculos y estructuras asociadas. Una de cada dos personas está sufriendo en este momento dolor en alguna parte de su cara, mandíbula o boca. Nosotros vemos principalmente pacientes con dolor crónico; es decir, que llevan soportando dolor durante más de tres meses. Son usualmente pacientes con problemas mandibulares como trabas, dificultad para abrir o cerrar la boca, dificultad para masticar alimentos, para hablar, dolor neuropático y con trastornos del sueño, además de problemas emocionales”, explicó Camila Burdach, odontóloga especialista en trastornos temporomandibulares y dolor orofacial del HPM.
“La mayor prevalencia de dolor en cara y mandíbula se encuentra entre los 20 y 40 años, y mayoritariamente en mujeres. La gente adulta mayor se ha adaptado a vivir con distintas condiciones de salud y presentan cambios a nivel de la sensibilidad nerviosa propios de la edad, por lo que se quejan menos de dolor. En cambio, la población adulta joven se encuentra expuesta a más factores de riesgo y presenta un sistema nervioso más sensible a los estímulos que generan dolor, por lo que demandan mayor atención, ya que están activos en la parte laboral y dan un mayor uso a la mandíbula al sociabilizar, sumado al aumento de problemas de salud mental como trastornos por depresión y ansiedad, que también pueden afectar la percepción del dolor”, explicó la Dra. Burdach.
La profesional comentó que su especialidad es relativamente nueva, debido a que recién durante el año 2014 fue reconocida por parte de la Superintendencia de Salud. Tres años más tarde, la Dra. Camila Burdach comenzó a tratar este tipo de casos en el HPM, proyectando para el año 2024 junto a sus colegas, Dra. María José Zeballos y el Dr. Francisco Peña, una atención mensual de 350 a 400 pacientes provenientes de toda la Región de Los Lagos, principalmente adultos jóvenes.
Causas que provocan las molestias
Y es que entre las múltiples causas de dolor crónico orofacial se encuentran, de acuerdo con la especialista, “los trastornos degenerativos crónicos, es decir, artrosis mandibular como principal motivo de consulta en nuestra especialidad. Antiguamente, estas dolencias se explicaban como ‘bruxismo’ y se proponía como tratamiento el uso de una férula o plano oclusal. Hoy en día, sabemos que el bruxismo en sí no genera dolor, no genera desgaste dental importante ni cefaleas, sino que constituye un signo que nos da aviso de otros problemas de salud. Por lo tanto, hoy sabemos que los dolores que antes se atribuían al bruxismo, se deben en realidad a patologías de origen articular y/o muscular, y el uso de un plano ya no es siempre necesario”.
Además de las patologías de origen articular, existen dolores originados a nivel muscular por contracturas y lesiones, así como dolor crónico de origen no oncológico, es decir, dolor neuropático generado por problemas en el funcionamiento de las vías nerviosas que llevan hacia y desde el cerebro la sensibilidad de la cara y boca. Todas estas afecciones tienen tratamiento en el Hospital Puerto Montt entre los que se encuentran “el tratamiento preventivo o de autocuidado, es decir, el inculcar hábitos en el paciente, como evitar abrir mucho la boca, evitar alimentos duros, no forzar la mandíbula, evitar hábitos como comerse las uñas, masticar chicle, etc.
Tratamiento para el dolor
“Por otro lado, tenemos el tratamiento farmacológico, donde indicamos distintos medicamentos para el manejo del dolor orofacial en sus fases aguda y crónica, pudiendo hacer uso de un plano o férula oclusal como parte del tratamiento ortopédico cuando es necesario. La tercera línea de tratamiento es la que llamamos mínimamente invasiva; es decir, procedimientos donde inyectamos medicamentos dentro o alrededor de la articulación temporomandibular, así como a nivel intramuscular, infiltrando ácido hialurónico y corticoides, entre otros fármacos”, detalló la Dra. Burdach.
Recomendaciones:
La especialista recomendó que en caso de presentar algún dolor en la región facial o bucal que no se origine en los dientes, y que aumente al abrir y cerrar la boca, es recomendable evitar alimentos duros, evitar forzar la mandíbula, intentar no comerse las uñas, ni masticar elementos como lápices o chicle. En caso de que el dolor persista a pesar de mantener los cuidados correspondientes, se debe acudir al CESFAM más cercano, donde un odontólogo realizará una evaluación y tratamiento y, si no logra resolver el problema, los derivará para una atención especializada en el Hospital Puerto Montt.
Este 17 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Dolor, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen en algún momento de sus vidas y concientizar sobre la necesidad de encontrar con urgencia alivio al sufrimiento que padecen las personas con enfermedades que son causantes de dolor.