Gracias a la oportuna atención del equipo de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico del Hospital Puerto Montt, el joven Francisco Rosales hoy se encuentra en buen estado de salud junto a su familia, luego de estar en riesgo vital.
“Ahora lloro de felicidad y puedo contar todo esto como anécdota, pero hace diez días estas lágrimas eran de angustia porque se me iba ‘mi guagua’, y el Hospital me lo salvó”, así comienza su relato Johanna Águila al mirar a su hijo quien se recuperó de un shock tóxico provocado por una bacteria que lo tuvo al borde de la muerte, gracias a la labor de los funcionarios de la UCI Pediátrica del Hospital Puerto Montt.
Francisco Rosales, de 12 años, y cadete de Deportes Puerto Montt, nunca pensó que tras un fin de semana jugando por su equipo, una herida en su pie le ocasionaría una infección generalizada provocándole fiebre alta sobre los 38° y síntomas de shock séptico, obligando al Equipo de Urgencias del HPM a ingresarlo de inmediato a la UCI Pediátrica donde fue intubado y conectado a una máquina que permitió extraer de su cuerpo las toxinas que agravaban su condición.
Johanna llegó con Francisco hasta el Servicio de Urgencia del HPM el 30 de julio pasado con un diagnóstico de ‘amigdalitis’, sin embargo, el panorama empeoró rápidamente en pocas horas. “Una doctora me informó que mi hijo estaba grave, que tenía un shock tóxico y que tenía que ser transferido a la UCI con riesgo vital y yo no entendía qué ocurría. La doctora me explicó que era producto de una bacteria y que la infección se esparció por todo su cuerpo”, detalló.
El shock tóxico es provocado por la producción de toxinas súper antigénicas generalmente desde una herida y que se caracteriza por la aparición repentina de fiebre alta y otros síntomas como dolor, afectación orgánica multisistémica, conduciendo potencialmente a coma, shock y fallecimiento, por lo que se ingresó de inmediato a la UCI Pediátrica del Hospital Puerto Montt, en el intento de estabilizar a Francisco.
“Tuvimos la oportunidad de hacer un rescate bastante precoz y rápido de la situación, ingresando a nuestra unidad en donde el equipo de turno mostró un manejo óptimo, diligente, muy oportuno y que afortunadamente permitió, a pesar del mal pronóstico que encierran este tipo de situaciones, en pocas horas y en corto plazo revertir la situación del adolescente con la instauración de un tratamiento agresivo”, indicó la Dra. Miriam Muñoz, médico jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Puerto Montt.
Dicho tratamiento contó la administración de antibióticos de última generación vía intravenosa, además de mantener conectado a Francisco a un respirador mecánico y a un equipamiento médico filtrador de sangre para eliminar las toxinas de sus órganos, principalmente de su circulación sanguínea, dado que ya estaba seriamente afectada por la infección, proceso que duró alrededor de tres días.
“Actualmente la UPC Pediátrica dispone de herramientas terapéuticas que nada tienen que envidiar respecto de los accesos que existen en otros establecimientos para este tipo de situaciones. Hay algoritmos de manejo que deben ser seguidos, y mientras más precoz se sigan y se apeguen a las recomendaciones, las respuestas son muchísimo mejores. La unidad cuenta con todos los equipos necesarios para poder hacer esto una realidad, que incluyó la realización de una hemofiltración con el equipo y los insumos ad-hoc, y que en definitiva ayudó al resultado de éxito en este paciente”, agregó la Dra. Muñoz.
Sin embargo, lo que más destaca Johanna, además del uso de tecnología de punta y la expertiz de las y los profesionales de la salud que trataron a su hijo, fue el hecho de que tanto ella, como su esposo y su hija mayor pudieron estar en todo momento cerca de Francisco, durante 10 días dentro del HPM, tiempo en el que confiesa sintió el apoyo, contención y entrega de información oportuna de parte del equipo humano de la UCI Pediátrica.
“Estuvimos en todo momento con su padre y su hermana, jamás estuvimos separados. No me esperaba algo así, el Hospital Puerto Montt en cuanto a especialistas no tiene nada que envidiarles a las clínicas, el acompañamiento, la información constante. Sirve que estamos los papás acá, porque le hablaba mucho, estuve 12 horas al lado de Francisco y eso me parece excelente porque motivamos y ayudamos. Ese apego sirve mucho”, detalló Johanna.
“Nuestra unidad fue pionera en el acompañamiento con los padres. Ahora tenemos las condiciones físicas que permiten que permanentemente exista alguno de los tutores al lado de la cama del enfermo, independientemente de la gravedad del paciente. Aún en situaciones muy críticas, se les ofrece la oportunidad a los padres de acompañar a sus hijos. Los padres nos sirven mucho al lado y siendo muy testigos de todo el accionar clínico amerita en estas circunstancias”, agregó la Dra. Muñoz.
Actualmente, Francisco se encuentra en su casa iniciando su recuperación domiciliaria para evitar la reaparición de otro tipo de infección, y con la esperanza de seguir desarrollando su incipiente carrera como futbolista en Deportes Puerto Montt. “Ojalá ningún papá llegara a una UCI Pediátrica, pero para los que llegan al Hospital Puerto Montt, siéntanse tranquilos porque estarán en las mejores manos y con la mejor tecnología”, concluyó su madre.