A los 47 años, don Juan Agüero le fue diagnosticada Enfermedad de Parkinson, lo que representó en ese momento un gran golpe emocional para él y su familia. Disfrutar de su vejez viajando junto a su señora y su gran pasión por las motocicletas comenzaban a quedar atrás. Sin embargo, quince años después, y gracias a los neurólogos y neurocirujanos del Hospital Puerto Montt, puede contar una historia completamente distinta.
En diciembre de 2022, don Juan fue el segundo paciente en la Región de Los Lagos en ser seleccionado por los profesionales del HPM para ser sometido a ‘Estimulación Cerebral Profunda’, tratamiento quirúrgico que logra a través de la instalación de un “marcapaso cerebral” disminuir los síntomas más notorios e invalidantes del Parkinson: la rigidez, la lentitud y los temblores descontrolados de las extremidades.
Fue la Dra. Bárbara Soza del HPM quien le comentó a Juan “que se estaba viendo esta nueva modalidad en el Hospital Puerto Montt. Me preguntó si estaba interesado, yo le dije que sí. Luego de muchos exámenes, me llamaron por teléfono para preguntarme si me podían operar mañana. Sentí un poco de temor, veníamos recién saliendo de la pandemia, pero opté porque había que arriesgarse no más y aquí estamos, súper bien”.
Previo a la operación don Juan ya presentaba movimientos incontrolables en el lado izquierdo de su cuerpo, rigidez muscular que causaba dolor y capacidades motoras cada vez más reducidas. Sin embargo, a los pocos días de salir de pabellón, todas estas características del Parkinson habían desaparecido, y dos años después, retomó su vida con normalidad, su trabajo, su vida social y los planes junto a su señora Gabriela.
“Sigo trabajando, es decir, pretendo jubilarme, pero no tanto. Quiero seguir disfrutando lo más posible de la vida y poder viajar, pero vamos con calma, por lo menos estoy tranquilo y mejor. Esta operación fue un reinicio, más que un segundo aire, es un reinicio de la vida. Ahora sólo me queda disfrutar con mi señora”, enfatizó don Juan, quien además destacó que gracias al proyecto Copago Cero de FONASA, impulsado por el Gobierno del presidente Gabriel Boric, la intervención en el HPM fue gratuita.
“Lo que hacemos es poner una especie de marcapasos en una zona del centro del cerebro encargada de la coordinación. Luego de eso, este dispositivo produce una ‘neuromodulación’ para que el cerebro vuelva a funcionar adecuadamente y el paciente vuelva a su condición basal de movimiento o bastante cercana a ella”, indicó el neurocirujano André Fassler, jefe de Neurociencias de la Clínica Universidad de Los Andes.
El profesional fue enfático en señalar que esta intervención, que sólo se ha realizado en otros dos hospitales públicos del país, sólo alivia estos síntomas del Parkinson, es decir, la pérdida de control de coordinación y movimiento, pero no mejora la enfermedad ni tampoco ayuda en el tratamiento de otros daños que provoca la enfermedad, como, por ejemplo, el deterioro cognitivo.
“El Parkinson tiene otras manifestaciones en las que no tememos injerencia a través de terapia, pero desde el punto de vista motor, la mejoría es muchísima. Los pacientes vuelven a tener una vida normal. Con el estimulador y medicamentos, el paciente vuelve a tener muy buena calidad de vida, y muchas veces recuperan totalmente su autonomía”, aseguró el Dr. Fassler.
La “Estimulación Cerebral Profunda” comprende el implante de electrodos dentro de ciertas áreas del cerebro. Estos producen impulsos eléctricos que regulan los impulsos anormales generados en la Enfermedad de Parkinson. La cantidad de estimulación se controla mediante el dispositivo, el que debe ser ajustados y supervisado por el equipo de neurólogos del HPM, en el caso de don Juan, el Dr. José Miguel Tirapegui.
“En general no todos los enfermos de Parkinson pueden acceder a esta operación. La contraindicación va más que nada por la condición general del paciente, si es un paciente muy deteriorado, con mucho daño y alteraciones cognitivas no debería tener indicación para esta intervención. Podrán acceder a esta intervención sólo el 10% de los pacientes y que responden bien a la ‘Levodopa’, que es el medicamento que ellos ocupan”, indicó el Dr. André Fassler.
A pesar de esto, quienes puedan acceder a este tratamiento, mejoran considerablemente su calidad de vida, al disminuir, e incluso poder hacer desaparecer, los temblores involuntarios, por lo que se recomienda poder acceder en las etapas tempranas tras un diagnóstico de Parkinson, u otras patologías que impliquen la aparición de este tipo de síntomas.
“Esta cirugía, y esto uno lo recalca mucho, no es la cura de la enfermedad, el Parkinson no tiene cura, pero lo que sí representa es que es una terapia que aumenta significativamente la calidad de vida de los enfermos. Los resultados son sorprendentes, lo que permite a muchos enfermos retomar sus actividades normales, incluso las laborales, y es esa la gran esperanza de los pacientes”, concluyó el neurocirujano del HPM, Dr. Pablo Carmona.
El Hospital Puerto Montt es referente nacional en cirugías neurocerebrales dentro de la red asistencial pública en la denominada Macro Zona Austral, y sus profesionales están en constante aprendizaje para mejorar en nuevas técnicas y tecnologías para ponerlas a disposición de sus usuarios.