Al hablar de accidentes cerebrovasculares (ACV), existe la frase “tiempo es cerebro”, y René Mansilla, oriundo de Chaitén, es un ejemplo de esto. El actuar con rapidez desde el inicio de los síntomas hasta su intervención médica, marca la diferencia, lo que se logró gracias al buen funcionamiento de la red asistencial del Servicio de Salud Reloncaví, realizando en el tiempo adecuado el traslado desde Chaitén al Hospital Puerto Montt (HPM).
“Se me empezó a quedar el lado izquierdo dormido, no me pude levantar de la silla, aún podía hablar y llamé a mi nieto. Él llamó a la ambulancia del Hospital de Chaitén, y me fueron a buscar altiro”, relató con dificultad don René desde la sala de hospitalización del Hospital de Puerto Montt, hacia donde fue trasladado de forma urgente con claros signos de estar sufriendo un accidente cerebro vascular, el pasado 21 de octubre.
Ana Masilla, hija de don René indicó que “la ambulancia del Hospital de Chaitén se lo llevó con la mitad del cuerpo izquierdo dormido, sólo balbuceaba al hablar y tenía los ojos desorbitados. Allá, y luego de hacerle exámenes, nos dijeron que estaba sufriendo un ACV, y tenía que ser traslado en avión de inmediato al Hospital Puerto Montt, en menos de 4horas y media”.
Esta es justamente la ventana de tiempo que los profesionales de la salud indican como “vital” para actuar frente a un accidente cerebrovascular y evitar o disminuir las secuelas funcionales que aparecen por la muerte de neuronas, en caso de que el tratamiento que se aplique produzca el efecto deseado que es destapar los vasos cerebrales obstruidos por el trombo sanguíneo, como ocurrió en el caso de don René.
“La cantidad de neuronas que mueren por minuto dentro de un evento agudo es algo que se conoce. Si pasa más tiempo, estas neuronas van muriendo. Mientras más tiempo pasa, más riesgo hay de que ese vaso que está tapado genere que ese tejido al que tenía que llegarle sangre muera completamente”, precisó la Dra. Constanza Vera, médico neurólogo del Servicio de Neurología Adulto del Hospital Puerto Montt.
Luego de que René Mansilla fuera trasladado desde el Hospital de Chaitén vía aérea hasta el HPM, se constató por parte del equipo de urgencia y neurología que era apto para iniciar el tratamiento a la brevedad, a través de un escáner y un angiotac cerebral. Fue por lo tanto, sometido a una trombólisis cerebral, es decir, a la aplicación de un medicamento que destapa los vasos obstruidos, procedimiento exitoso debido principalmente al poco tiempo trascurrido y la coordinación de los equipos médicos.
“Este fue un ejemplo claro de lo que se logra con una red bien establecida, con una comunicación efectiva. Considerando que se trataba de un paciente que se encontraba en Chaitén, el que los familiares hayan inmediatamente consultado nos dio todo el tiempo para poder coordinar el traslado y el horario en que el paciente llegara desde allá en un avión antes de 4 horas, eso es algo muy bueno y esperamos que se vuelva cada vez más frecuente”, recalcó la Dra. Vera.
En casos como el de Don René, respecto a sospecha, traslado, tratamiento oportuno de esta enfermedad y que haya una buena coordinación de la red de salud; es necesaria la educación de la comunidad ante los primeros síntomas visibles de un infarto cerebrovascular, una de las principales causas de mortalidad y de pérdida de años efectivos de vida y de funcionalidad laboral entre los chilenos. Sólo en el año 2021 produjo la muerte a más de 7.500 personas, 1 muerte cada 72 minutos, de acuerdo al Ministerio de Salud.
“Cuando ocurre un ACV, lo característico es que el paciente presenta: dificultad para mover o sentir un lado del cuerpo, cara chueca y dificultad para hablar. Cuando uno de estos síntomas se presenta de manera brusca, se debe ir de inmediato al servicio de urgencia más cercano, en donde el personal médico activa el Código ACV implementado y que funciona muy bien como lo demuestra el caso de Don René”, agregó el Dr. Cristian Toloza, neurólogo Jefe de Servicio de HPM.
Actualmente don René se encuentra junto a su familia en Chaitén, y en proceso de rehabilitación de sus funcionalidades que se vieron más afectadas, como el habla y su estabilidad al ponerse de pie, otro de los aspectos fundamentales a la hora de la recuperación efectiva de un accidente cerebrovascular.